Cada vez más profesionales del periodismo y la comunicación expresan la necesidad de cubrir las guerras o conflictos armados aplicando un enfoque de derechos humanos y evitando contribuir o ensalzar la violencia. En este módulo se sugieren preguntas y se proponen algunas buenas prácticas para quienes os planteáis mejorar el modo en que se informa sobre conflictos activos.
Para hacerlo, proponemos poner en práctica el periodismo de paz. Este exige, por definición, ampliar el foco y no limitarse a reportar operaciones militares o contar víctimas. En este apartado nos centraremos en conflictos activos, sin olvidar que es fundamental dar contexto, documentar las violencias previas y también las que se siguen ejerciendo tras firmar un acuerdo de paz.
Cada vez más profesionales del periodismo y la comunicación expresan la necesidad de cubrir las guerras o conflictos armados aplicando un enfoque de derechos humanos y evitando contribuir o ensalzar la violencia. En este módulo se sugieren preguntas y se proponen algunas buenas prácticas para quienes os planteáis mejorar el modo en que se informa sobre conflictos activos.
Para hacerlo, proponemos poner en práctica el periodismo de paz. Este exige, por definición, ampliar el foco y no limitarse a reportar operaciones militares o contar víctimas. En este apartado nos centraremos en conflictos activos, sin olvidar que es fundamental dar contexto, documentar las violencias previas y también las que se siguen ejerciendo tras firmar un acuerdo de paz.
“Se suele prestar especial atención a aquellos [medios de comunicación] que incitan, mantienen y agravan la violencia con la retransmisión de las noticias. La guerra y los conflictos venden y dan titulares. Los medios están predispuestos a utilizar estereotipos y un lenguaje acorde a lo que Johan Galtung, padre de la investigación académica de la paz, ha denominado como ‘periodismo de guerra’”, escribe Ylva Rodmy-Gumede, profesora de periodismo en la Universidad de Johannesburgo (Sudáfrica).
El periodismo de paz, en cambio, es “aquel que no tiene voluntad de perpetuar la guerra, asume la responsabilidad social de trabajar por la paz -en lugar de ridiculizarla- y de no jalear la guerra”, sintetiza la reportera y analista Olga Rodríguez.
Por su parte, la periodista y escritora Patricia Simón define el periodismo de paz como aquel que, “en lugar de limitarse al retrato de las consecuencias de la guerra, ahonda en sus causas, explica el contexto y las decisiones que favorecieron la salida violenta, que nombra a quienes la promovieron, a quienes la perpetúan para hacer negocio y a quienes dificultan las negociaciones para perpetuarse en el poder. Y también, el periodismo de paz es el que visibiliza a quienes, pese a todas las presiones, siguen trabajando por el diálogo. Sin que eso, jamás, pueda confundirse con justificar o blanquear al victimario”.
A continuación, se apuntan algunas prácticas asociadas a los conceptos “periodismo de guerra” y “periodismo de paz” para facilitar la reflexión. Sin embargo, hay profesionales que prefieren hablar de buenas prácticas y prácticas inadecuadas a secas. Por ello, recomiendan no simplificar y atender a los matices, además de plantearse un ejercicio de revisión constante.
Características asociadas al “periodismo de guerra”:
Carece de contexto o análisis en profundidad sobre las causas y consecuencias del conflicto.
Plantea dicotomías y estereotipos sin matices.
Usa de manera dominante fuentes oficiales (gubernamentales, militares, etc.) y carece de fuentes ciudadanas o que apuestan por la negociación o fin del conflicto.
Desarrolla relatos épicos que ensalzan la violencia (o acciones militares) como vía para la seguridad y la paz.
Usa un lenguaje belicista (y, a menudo, un tono sensacionalista).
Aplica enfoques exclusivamente centrados en la seguridad, militaristas y/o nacionalistas.
El modelo alternativo del periodismo de paz destaca por:
Ofrece contexto, analiza las causas que provocan el conflicto y sigue los procesos de paz posteriores a la violencia directa.
Distingue entre víctimas y victimarios, pero atiende a los matices.
Destaca por la riqueza de las fuentes, no se limita a las oficiales sino que incluye voces ciudadanas y expertas en resolución de conflictos.
Busca relatos e historias alejadas de la épica militarista, destaca la cooperación como vía para la seguridad y la paz.
Usa un lenguaje no belicista.
Incluye un enfoque de derechos humanos y de ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible).
Algunos titulares para reflexionar sobre buenas y malas prácticas:
Definiciones y conceptos imprescindibles
Antes de comenzar un trabajo periodístico o a la hora de elaborar un trabajo comunicativo de una ONG, en un contexto de conflicto o guerra, debemos preguntarnos algunas cuestiones:
¿Qué entendemos por “paz”?
¿Puede haber paz sin libertad? ¿Podemos hablar de “paz” bajo una dictadura que reprime la disidencia y que no respeta los derechos humanos?
¿Puede haber paz sin justicia social, en una sociedad con un elevado grado de desigualdad?
¿Cuándo empieza un conflicto?
Diferentes especialistas han puesto apellidos a la paz: negativa, positiva, ambiental, imperfecta, feminista, holística… En este ámbito, destaca el trabajo del sociólogo y matemático noruego Johan Galtung, impulsor de la investigación académica de la paz (Peace Research) y del teórico del triángulo de la violencia (que distingue entre violencia directa, violencia estructural y violencia cultural).
Galtung acuñó en 1964 los conceptos paz negativa y paz positiva. El primero define una situación de “no guerra” o ausencia de violencia directa. El segundo exige que, además, la población pueda acceder a las necesidades básicas que permitan tener una vida digna y libre de violencias, tanto visibles como invisibles. En la misma línea, estableció la diferencia entre el “periodismo de guerra” y el “periodismo de paz” antes comentada.
Antes de seguir, se recomienda consultar cómo define el Derecho Internacional Humanitario algunos conceptos fundamentales como conflicto y crimen de guerra.
Además de las definiciones oficiales, establecidas por organismos internacionales e instituciones que trabajan por la paz, quienes se dedican a la comunicación y al periodismo deberán conocer los criterios éticos y profesionales (códigos de autorregulación, guías de estilo, etc.) que conducen a una información de calidad.
La elección de las palabras nunca es gratuita porque estas ayudan a la construcción de un relato. Por ello, es importante tener en cuenta qué comunicamos al emplear unas u otras para describir los hechos. Desde este taller, se recomienda descartar el uso de conceptos que no se ajustan al Derecho Internacional Humanitario (DIH) ni a los códigos de conducta (por ejemplo, limpieza étnica).
A continuación, una lista de términos cuyo uso genera controversia:
genocidio
terrorismo
crímenes de guerra y de lesa humanidad
“guerra justa” y derecho a la defensa…
víctima y victimario
justicia transicional
gasto en defensa o gasto militar
invasión
ocupación (asentamientos)
agresión, ataque, operación militar
justicia restaurativa
ecocidio
Recomendación para las ONG:
Quienes trabajan en las ONG deben respetar los códigos éticos a los que están obligadas. Eso pasa, necesariamente, por un uso escrupuloso de los términos que se utilizan para evitar reproducir estereotipos o reforzar miradas paternalistas. De este modo, deben preguntarse si los términos utilizados narran con rigor la realidad, si respetan la dignidad de las personas y ponen en valor sus diversas capacidades huyendo de la revictimización. Deben plantearse si los conceptos utilizados refuerzan narrativas dominantes que niegan derechos o refuerzan miradas colonialistas. O si utilizar un relato u otro puede poner en peligro la vida de alguna persona.
Otra de las cuestiones clave es quién ocupa el centro de la narración. Quienes trabajan en ONG deben preguntarse si el foco está en su organización o, por el contrario, en las personas directamente afectadas por el conflicto. También es necesario preguntarse qué tipo de relatos son utilizados: ¿reproducen los relatos oficiales sin cuestionamiento o contrastan con fuentes diversas?, ¿explican las causas, nombran a los responsables?, ¿ofrecen enfoques que ponen en valor inicitivas ciudadanas diversas en defensa de la paz y los derechos humanos? ¿Qué tipo de información se difunde una vez finaliza oficialmente el conflicto: ¿explica la situación que vive la población desde enfoques alternativos, pone en valor las propuestas de paz, usa con rigor datos y fuentes del propio país, sitúa como protagonistas a las personas más allá de su papel de víctimas?
AGRADECIMIENTOS
Agradecemos a las personas que han contribuido de manera especial a la construcción de este apartado:
Ana Barrero Tíscar
Ángel Carrasco-Campo
Alejandro Barranquero
Alfonso Bauluz
Eloísa Nos Aldás
Joan Pedro Carañana
Tamer Al Najjar Trujillo